Una exposición dedicada a los acontecimientos ocurridos en el reino de Navarra en 1516.
500 años después y bajo el título “El Ocaso de los Reyes”, se recuerdan la muerte de los reyes Fernando el Católico, Juan III de Albret y Catalina I de Foix, el segundo intento de recuperación del reino por parte de Juan III de Albret, el derribo de las fortalezas decretado por Cisneros y la construcción de las nuevas fortificaciones.
1516 fue el año en el que conocieron su muerte los monarcas que habían protagonizado los acontecimientos vinculados a la conquista del reino de Navarra: Fernando el Católico falleció el 23 de enero de 1516, mientras que los reyes navarros, Juan III y Catalina I, lo hicieron el 17 de junio de 1516 y el 12 de febrero de 1517, respectivamente.
Con el fin de ilustrar estas defunciones, el Archivo de Navarra ha recibido en préstamo para esta exposición los testamentos originales otorgados por los monarcas. Desde Francia, los Archives Départamentales des Pyrénées-Atlantiques, con sede en Pau, han prestado los testamentos de Catalina I y de Juan III, el primero de ellos otorgado en Pamplona el 25 de junio de 1504 y el segundo en Monein (Bearne) el 16 de junio de 1516. Por su parte, el Archivo General de Simancas ha prestado las imágenes correspondientes al testamento de Fernando el Católico, otorgado en Madrigalejo la víspera de su muerte, el 22 de enero de 1516, y en el que declaró como herederos del reino de Navarra a su hija, Juana de Castilla, y a su nieto, Carlos de Habsburgo.
Excepto los testamentos mencionados, el resto de documentos expuestos procede del propio Archivo Real y General de Navarra. Un total de 40 documentos de los fondos "Reino" y "Cámara de Comptos", a los que se une el fondo "Juan Rena", que ha sido objeto de importantes trabajos de organización y catalogación en los últimos años y cuyos documentos completan la exposición.
La muerte de Fernando el Católico, el 23 de enero de 1516, abrió un período de incertidumbre en todos sus reinos. En el caso de Navarra, los reyes Juan III y Catalina I aprovecharon una ocasión irrepetible para intentar recuperar sus dominios organizando una incursión armada. Así, a mediados de marzo, un pequeño ejército formado por bearneses y navarros y capitaneado por Juan III y el mariscal Pedro de Navarra partió desde Bearne rumbo a Navarra.
Para entonces, las autoridades del reino ya habían organizado una operativa resistencia y dispuesto un ejército con efectivos castellanos y navarros que desbarató la ofensiva militar. Precisamente, algunos de los documentos expuestos en la muestra recogen información detallada de los efectivos que integraron estas tropas y de los pagos que recibieron por hacer frente a la incursión armada de Juan III de Albret.
Como consecuencia del ataque, el cardenal Cisneros decretó la destrucción de determinadas fortificaciones del reino. Los derribos afectaron especialmente a los recintos amurallados de determinadas localidades navarras, como Sangüesa, Tudela, Olite, Tafalla, Estella, Falces, Peralta y Azagra, o de torres de linaje como la de los señores de Javier. Los documentos expuestos recogen minuciosamente los pagos realizados a todos los trabajadores que tomaron parte en estos derribos y que se llevaron a cabo principalmente durante el mes de mayo.
El derribo de las fortalezas tuvo su contrapunto en el importante esfuerzo constructivo impulsado por las autoridades castellanas, que dotaron al reino de Navarra de un sistema defensivo moderno y acorde a las nuevas necesidades. En este caso, la selección documental expuesta refleja los incesantes trabajos abordados en la fortificación de Pamplona con su castillo de Santiago, y en la creación de un cinturón defensivo capaz de contener los ataques exteriores con la fortificación de plazas como Amaiur, Château-Pignon, San Juan de Pie de Puerto y Lumbier.
La exposición no ha querido olvidar otra mirada: la de los navarros que tuvieron que soportar las consecuencias de la guerra y cuyas vidas quedaron condicionadas por aquellos acontecimientos. Por ese motivo se han incorporados documentos como recuentos coetáneos de población, relaciones nobiliarias o testimonios de las indemnizaciones que abonaron las autoridades para resarcir a muchos vecinos de los daños ocasionados por la guerra, por los movimientos de tropas y por la construcción de las fortalezas.
También se ha querido destacar a los personajes nobiliarios más sobresalientes del momento. Por un lado a Luis de Beaumont, conde de Lerín y condestable de Navarra, principal aliado de Fernando el Católico, del que se exponen dos magníficos documentos en pergamino con sello pendiente, uno de ellos su propio testamento. Y por otro lado a Pedro de Navarra, mariscal del reino y fiel a Juan III y a Catalina I, que precisamente fue hecho prisionero en la campaña de 1516 y encerrado en el castillo de Atienza y posteriormente en el de Simancas hasta su fallecimiento en 1522. Para recordarle la exposición ha reunido un notable conjunto de piezas arqueológicas, inéditas hasta la fecha, procedentes de las excavaciones realizadas por el Gobierno de Navarra en 2010 en la iglesia de San Pedro de la Rúa de Estella. En concreto, se han habilitado dos vitrinas que albergan una espada del siglo XVIII y diversos objetos del siglo XVI hallados en la Cripta de los Mariscales de San Pedro de la Rúa en la que descansan los restos de Pedro de Navarra y de todo su linaje.
La exposición “El Ocaso de los Reyes.1516” es de acceso libre y gratuito y estará abierta en la Sala de Exposiciones del Archivo Real y General de Navarra desde el 2 de marzo hasta el 30 de junio de 2016. El horario de apertura es de lunes a viernes de 10 a 14 y de 17 a 19 horas, y los fines de semana y festivos en horario de 11 a 14 horas.
Los fines de semana se ha preparado un sistema de visitas guiadas gratuitas para grupos, en castellano y euskera, a las 12:00 h, para las cuáles será necesario reservar plaza en el teléfono 848 42 46 67. Asimismo se está organizando un ciclo de talleres documentales y otro de conferencias que tendrán lugar en los meses de mayo y junio, respectivamente.