Alicia Andueza Pérez
El arte del bordado y, en general, las artes textiles han sido una de las parcelas más inexploradas y por tanto menos conocidas de la historia del arte debido, entre otras causas, a la trasnochada concepción peyorativa de las artes decorativas como menores y a la preferencia de la investigación hacia las llamadas artes mayores. En el caso de Navarra, la amplia documentación existente en sus archivos sobre los bordadores y sus obras denotaba la necesidad de adentrarse en este desconocido campo del arte navarro. Atendiendo a esta razón, en este estudio se analiza la evolución y dimensión real que esta actividad suntuaria tuvo en Navarra a lo largo de los siglos del Antiguo Régimen, así como los ornamentos sagrados más importantes que se conservan en sus iglesias. Estos no solo cumplieron una destacada función litúrgica y contribuyeron a la solemnidad y aparato del culto divino, sino que son manifestaciones de un arte que llegó a ser considerado en otra época como acu pictae o pintura de aguja. Con esta idea se pretende que este rico y cuantioso patrimonio salga del silencioso olvido en el que ha estado inmerso durante tanto tiempo.