34ª edición
30 de agosto - 3 de noviembre de 2018
Música para Órgano en Navarra es un programa de difusión musical organizado desde 1984 por el Gobierno de Navarra, que tiene como objetivo dar a conocer los órganos en uso de las iglesias de Navarra y la música escrita para estos instrumentos.
Todos los espectáculos tienen entrada gratuita hasta completar aforo, excepto los dos conciertos de Juan de la Rubia, el lunes 3 de septiembre a las 20:15 en la Iglesia de Santa Clara (Estella), y el martes 4 a las 20:00 en la Iglesia del Crucifijo (Puente la Reina). Se trata de dos conciertos que forman parte de un programa compartido con la Semana de Música Antigua de Estella. En ambos casos, se requiere invitación que se puede recoger en las oficinas de turismo de Estella y Puente la Reina desde el 1 de septiembre hasta el día anterior a su celebración y el día del concierto en la iglesia en la que se celebre en este horario:
Iglesia de San Miguel de Larraga. 30/08/2018 19:30h.
Iglesia de Santa Clara 03/09/2018 | 20:15h
Iglesia El Crucifijo 04/09/2018 | 20:00h.
Monasterio de Leyre 15/09/2018
Santa Fe. Urraúl Alto 22/09/2018 | 18:00h
Parador de Olite 23/09/2018 | 19:00h
San Esteban. Bera 29/09/2018 | 18:00h.
Convento de Santo Domingo. Pamplona 06/10/2018 | 18:00h.
Monasterio de Leyre. Yesa. 07/10/2018 | 12:45h.
Doneztebe/Santesteban. San Pedro 12/10/2018 | 11:00h.
Doneztebe/Santesteban. Herrigune 12/10/2018 | 17:30h.
Doneztebe/Santesteban. San Pedro 12/10/2018 | 19:30h.
Tudela.11:45 - 13:30 | Catedral.
10:30 - 13:00 | Claustro de la Catedral.
17:00 | Casa del Almirante.
Iglesia de Santa María de Tafalla. 20/10/2018 | 17:45h.
Iglesia San Nicolás. Pamplona 27/10/2018 | 18:00h.
Iglesia de San Nicolás. Pamplona. 03/11/2018 | 18:00h.
[Desde este enlace se puede descargar el material gráfico y audiovisual disponible (fotos, cartel, dossier de prensa, díptico, teaser): http://bit.ly/2xA0F4m]
El viento y la música son libertad. Ambos son elementos que no vemos, pero que sentimos. Y que, desde siempre, ya en la naturaleza, han estado estrechamente relacionados.
El viento produce música en la naturaleza, diferente según los objetos o seres vivos a los que se asocia. Podría bastar al ser humano este hecho para solazarse contemplando esta maravilla, pero somos seres con vocación creadora y necesitamos satisfacer esa vocación de algún modo; de ahí que hayamos inventado objetos como los instrumentos musicales; y entre ellos el órgano, una máquina de hacer música que contiene en su interior cientos o miles de tubos de formas, tallas y diferentes maneras de hacer vibrar el viento; elementos cuyos sonidos podemos combinar en infinidad de posibilidades, algo que puede asemejarse a la dinámica de la naturaleza aunque nunca pueda llegar a su riqueza. Eso si, la música que produce este instrumento posee el don de incitar en el oyente el sentido de trascendencia, o bien, por otro lado, de conectar con lo más inmediato y sencillo de la vida. Y todo ello, siempre con nobleza.
No debemos tratar a este complejo, rico, antiguo, actual y bello testimonio de nuestra cultura como algo aislado del mundo y de la sociedad que lo acoge; nunca lo ha sido, y las propias sociedades lo han ido configurando según su carácter. Sin embargo nunca, en sus miles de años de historia, ha sido el órgano algo tan aislado y tan desconocido como lo es en la actualidad, al menos en nuestro entorno. Por eso, desde hace años, el ciclo “Música para Órgano en Navarra” viene contribuyendo a que nuestro instrumento vuelva a ser lo que ha sido históricamente: un elemento de encuentro de distintos ámbitos de la Cultura, la Ciencia, la Espiritualidad, el Arte o la Literatura mediante la relación de las personas; algo que, además, se intenta enriquecer con un enfoque basado en nuestro contexto actual, general y local. Es muy interesante vivir lo diferentes que resultan dos eventos del ciclo según su lugar de celebración. Tudela frente a Doneztebe, Bera frente a Tafalla y en el centro Pamplona, la capital, que tanto ofrece como tal y de lo que tanto carece al mismo tiempo respecto a la cercanía humana entre intérpretes, público, organizadores...
Otro aspecto muy interesante del órgano como patrimonio cultural es su capacidad para erigirse en uno de los elementos que unen a los habitantes de las pequeñas localidades. Es muy gratificante ver el interés que se despierta entre todo tipo de gente cuando se les hace saber que tienen un interesante instrumento en la iglesia del pueblo. En este interés confluyen diversos factores dependiendo de cada generación: los recuerdos de infancia, cuando la gente mayor cuenta cómo ayudaba al organista accionando el fuelle del viento, la conciencia de que si un pueblo no cuida su patrimonio está condenado a perder su esencia, el descubrimiento de un instrumento por parte de gente que ni siquiera sabía de su existencia...
Este año, “Música para Órgano en Navarra” va a visitar lugares inéditos para el propio festival, como Santa Fe de Urraúl Alto y el Parador de Olite, dos lugares únicos para hacer y escuchar música de la Edad Media. Va a ofrecer combinaciones del órgano con instrumentos muy poco frecuentes en su ámbito habitual, como un concierto de órgano y percusión integrado por obras que, como suele decirse, están recién salidas del horno y otro de saxofón y órgano que se va a adentrar en repertorios adaptados por los propios intérpretes para esta combinación instrumental. También se va a colaborar, un año más, con el ciclo de órgano de Larraga y se va a visitar el Monasterio de Leyre y su magnífico órgano sinfónico, así como el emblemático órgano romántico de San Esteban de Bera. Tafalla acogerá un concierto de órgano y trompeta, una combinación característica aunque con un enfoque personal.
Un ciclo como el nuestro es siempre una celebración que nos recuerda la riqueza y variedad de nuestros órganos, así como la importancia de la Música en nuestra historia. Este año vamos a contar con dos jornadas en las que vamos a reivindicar de manera festiva que se tenga en cuenta este patrimonio por parte de las localidades que lo acogen, cuidándolo como merece y difundiendo su interés y valía como parte de la personalidad propia de cada pueblo. Hay mucho por hacer en este aspecto, pero ello, lejos de desanimar, es un motivo para involucrarse con pasión en esta labor.
Por último, hay que decir que nuestro ciclo de órgano ha aumentado su vocación de ser un ámbito en el que confluyan instituciones, asociaciones y agrupaciones de diversos ámbitos de nuestra tierra. Estas entidades permiten enriquecer el ciclo haciéndolo más humano y sacando mayor partido a las posibilidades que ofrece cada localidad y cada marco de actuación. En este sentido, hay que celebrar la colaboración de la Asociación Navarra de Amigos del Órgano (ANAO), la entidad que inició este ciclo allá por el año 1984. Esta colaboración permitirá articular de manera más efectiva la participación de personas interesadas e interesantes para un festival como el nuestro.
El viento hecho arte, motivo de encuentro, origen de reflexión, fuente de experiencias...
¡Bienvenido todo el mundo!
José Luis Echechipía París
Director artístico del ciclo
“Música para Órgano en Navarra”