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Gobierno de Navarra

El Archivo de Navarra recuerda el viaje a Navarra del Presidente de México José López-Portillo en 1977

03/03/2017

En ese año, México y España restablecieron relaciones diplomáticas tras 38 años de ruptura diplomática.

En 1977 José López Portillo, presidente de México, incluyó dentro de su viaje oficial a España una visita a Navarra para conocer la tierra de sus antepasados, originarios de Caparroso. Cuando se cumple el cuadragésimo aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre España y México, el Archivo Real y General de Navarra dedica a esta extraordinaria visita oficial su microexposición del mes de marzo, dentro del ciclo Conmemoraciones.

En esta muestra se exhiben cinco significativos documentos sobre las relaciones entre México y Navarra. La microexposición El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre España y México (1977), de acceso libre y gratuito, permanecerá abierta durante el mes de marzo en la galería baja del Archivo Real y General de Navarra. 

Los horarios de visita son de lunes a viernes de 8:30 h. a 14:30 h. y de 17:00 h. a 20:00 h., los miércoles de 8:30 h. a 20:00 h. y los fines de semana y festivos de 11:00 h. a 14:00 h.

El exilio republicano navarro en México y las relaciones hispano-mexicanas

México había sido uno de los países que había prestado más apoyo al gobierno constitucional de la II República durante la Guerra Civil. Acabada la contienda, el presidente mexicano Lázaro Cárdenas ofreció asilo a miles de exiliados republicanos españoles, así como al propio gobierno de la II República Española. De este modo, México fue el destino de varios republicanos navarros como Javier Domezáin, quién durante la II República había ocupado los cargos de diputado foral y de alcalde de Artajona, además de secretario particular de Mariano Ansó, quien fuera alcalde republicano de Pamplona y ministro de Justicia.

Lázaro Cárdenas, además, se negó a reconocer legitimidad al gobierno de la dictadura de Franco, en una posición que sería mantenida como política de estado por todos los presidentes mexicanos hasta 1977. De hecho, en un principio, el gobierno republicano se instaló en Ciudad de México, hasta que una vez acabada la II Guerra Mundial se trasladó a París por su cercanía con España. La negativa al reconocimiento del régimen de Franco por parte de la diplomacia mexicana fue especialmente significativa, dados los estrechos lazos que España había mantenido con este país.

En 1977, en el marco del proceso de transición a la democracia, y previa consulta con el gobierno de la II República en el exilio, el gobierno mexicano del presidente José López Portillo accedió al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países. Concretamente el 28 de marzo de 1977, a través de un canje de notas celebrado en el Hotel George V de París, México y España restablecieron relaciones diplomáticas tras 38 años de ruptura diplomática, entre los que eran en ese momento los países con mayor número de hispanohablantes.

La micromuestra se abre con dos documentos del fondo documental Rufino García Larrache, custodiado en el Archivo de Navarra, que ilustran la relación del exilio republicano navarro con México. En concreto, se expone una carta fechada en 1945 en Ciudad de México dirigida a Diego Martínez Barrio, presidente de la II República Española en el exilio, por la llamada Comisión Pro-Navarra. Esta comisión había sido creada precisamente en México por exiliados republicanos navarros y estaba presidida por Javier Domezáin. En la carta, la Comisión informaba a Martínez Barrio de la creación del organismo denominado Consejo de Navarra para que hiciera las veces de Diputación de Navarra en el exilio. El contenido del documento refleja el ambiente de relativo optimismo que existía en el exilio republicano hacia 1945 al creer que la finalización de la II Guerra Mundial llevaría aparejada también la caída de la dictadura en España.

El viaje del presidente de México a Navarra

El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre España y México de 1977 tuvo como broche final el viaje oficial efectuado por el jefe de gobierno español, Adolfo Suárez, a México en el mes de abril y el realizado por el presidente mexicano José López Portillo a España en octubre. Navarra tuvo especial protagonismo en esta visita del mandatario mexicano a consecuencia de que los orígenes familiares de López Portillo estaban en Caparroso, lugar del que había partido en el siglo XVI rumbo a Nueva España un antepasado suyo. De este modo, junto a Madrid, Barcelona, Sevilla y Las Palmas de Gran Canaria, en el programa de la visita oficial del presidente mexicano fueron también incluidas Pamplona y, especialmente, Caparroso.

En Pamplona, a donde llegó el 15 de octubre, José López Portillo fue distinguido con la Medalla de Oro de Navarra, cuyo acuerdo de concesión se expone al público junto con el programa de la visita. 

La delegación mexicana correspondió al vicepresidente de la Diputación, Amadeo Marco, imponiéndole la Orden del Águila Azteca, la más importante de las condecoraciones mexicanas. El mismo día 15 López Portillo se trasladó a Caparroso donde recibió el título de alcalde honorario de la localidad en una multitudinaria celebración de la que da cuenta la prensa de la época, un ejemplar de la cual se expone también al público para completar la micromuestra. 

En Caparroso el presidente fue agasajado con una comida oficial en la que se invitó a 200 comensales, y además se compraron 70 conejos para hacer calderetes populares y 4.000 bocadillos. Las raíces navarras y particularmente caparrosinas eran tan profundas para López Portillo que, poco antes, cuando en 1976 tomó posesión de la presidencia de la República, llegó a invitar a una delegación de Caparroso encabezada por su alcalde, que asistió a Ciudad de México al igual que hicieron otros mandatarios internacionales.

El Archivo de Navarra recuerda el viaje a Navarra del Presidente de México José López-Portillo en 1977

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